89. De un baúl

"Ella sabía algo de magia. Quiso enseñarle a Él,
y la mejor manera que pudo, fue crearle un planeta.
Ese planeta, era del color de sus ojos
((el color favorito de Él))
con miles de nubes que se volteaban al verla pasar,
para evaporarse en notas dulces y corazones de espuma.
Él se dió cuenta que en ese nuevo mundo,
el que Ellla hizo para Él,
jamás necesitaria excusas, ni pretextos,
porque el planeta, como en Ella, todo era puro,
y todo lo que Él sentía por Ella
no necesitaba
ninguna explicación.
Esa maravilla se creaba y se vivía a si misma.

Todas las noches Ella le leía sus cartas,
con las estrellas de fieles espectadoras las que
 /jamás se reírian porque Él no lo permitiría/ escuchaban atentas
y aprendía como llenar cada rincón de luz.
Ella quizo ir a buscar el culpable de todo,
pero Él fuerte la tomó de su brazo.

"Esto es culpa tuya, y mía, 
y si acaso del destino, pero aquí quedate a mi lado, 
no me abandones, y juntos veamos, 
que otras ocurrencias tiene el señor destino 
para este nuestro planeta"

te quiero!"


Noviembre 2009