viernes, julio 17, 2009

- ¿Ya no me tienes miedo?
- ¿Por qué habría yo de tenerte miedo? (ella siempre contestó con una voz provocativa, pero sabía que estaba nerviosa y quería disimular)
- Porque eres apenas una niña... te acuerdas, te conocí cuando tenías quince. (Él sabía lo que quería pero quería sutilmente provocar la verdad)
- ¿En serio? Yo sólo sé que siempre me has encantado.
- Jajaja
- Entonces no me tienes miedo?
- Si te tuviera miedo, ni siquiera hubiera aceptado venir a tu casa.
- Jajaja
- Pero es que corres peligro conmigo
- No será al revés?
- Ay mujeeer!! Estás jugando con fuego.
- Tal vez me quiera quemar...
- ¿Entonces qué quieres qué hagamos?
- Lo dejo en tus manos
- No lo dejes a mi imaginación, que es capaz de tanto
- ¡Quiero ver!

Él se abalanzo sobre ella y comenzaron a besarse, se quitaron un poco de ropa y se tocaron con tanta pasión hasta los huesos.

- ¿Puedo hacerte el amor?
- ¿Hacerme el amor? No me quieres ni un poco y ¿quieres hacerme el amor? (Se lo dijo de una forma altanera)
- No quiero tener este tipo de discusión en este momento, mejor hay que hacerlo sin hablar.
Se hicieron uno y corrían contra el tiempo. Sudaban culpabilidad y emociones confundidas.
Hablaron un poco, de todo y de nada. De él más que de ella, que sólo escuchaba. Él se preparó la ropa y quedaron abrazados por un rato escuchando música. Mientras daba la hora de aparentar otra cosa. Él la llevó a su casa, se despidieron con un beso suave en la boca.

... Ella se quedó pensando toda la noche, lo que había pasado. Algunos cientos de veces ella juzgaba a las mujeres que tenían sexo con cualquier hombre por placer. Ella no lo había hecho con cualquier hombre, eran amigos, a ella le encantaba, le fascinaba su cuerpo atlético y tuvieron un amorío dos años atrás. Él era un hijo de puta, que salía con diferentes mujeres y a todas las dejaba cuando empezaban a querer algo más formal, por eso lo de ellos no había funcionado. Eran amigos, sólo amigos, que alcoholizados se acariciaban sus cuerpos en ocasiones de diversión, pero esta vez... esta vez no habían probado una gota de alcohol, esta vez... Esta vez se habían provocado por mensajes, ella lo visitó en su casa y entonces ocurrió todo... habían tenido sexo sin amor.
Y para ser sincera, ella por primera vez en su vida no había disfrutado un cuerpo sobre ella ni estar sobre él...

10 comentarios:

femalewriter dijo...

Que bonito el texto...y siempre hay la pregunta..¿sexo con amor o amor con sexo?..nunca se sabe
:) besos

Sonia Nieves dijo...

A mi me parece estupendo que quien quiera haga lo que quiera con otra persona y sin tener ningún tipo de compromiso.
Lo que pasa es que muchas veces, de esas dos personas, una de ella solo quiere sexo y la otra lo hace porque tiene algún tipo de sentimiento...
Un saludo!

La sonrisa de Hiperion dijo...

No dicen que lo llamaban, ¿libertad? ay que ver estos progres, los términos tan abstractos que se inventan...

Saludos

La Caperucita que se enamoró del lobo. dijo...

Nada que decirte, salvo que tu blog es impresionante.

Un beso :*

Anónimo dijo...

Y pasa que buscas una situación que crees será una aventura excitante y llena de emoción.
Quizás lo sea, a secas.
Pero si ya conoces lo que se siente al hacer el amor, difícilmente una aventura de esas da la talla.

Me gustó descubrirte, volveré.

loca de patio dijo...

woooow conosco a muchas personas que les pasa algo parecido :S

impresionante me dejo pasmada :/

Gustavo Félix dijo...

Hey!..no lo conocía pero que buen blog!

Vanille Galaxy dijo...

A veces mezclamos las ansias de ser queridos con el placer y la soledad. Pero de eso aprendemos, aunque sea tarde.

Me gusta tu blog, te agrego :) Un muás lluvioso.

Ela dijo...

placer.... pero sin felicidad

alucinante!

Lyn Kim dijo...

se compagina el deseo de querer y ser querido ¿por quien? por ambos ¿no?

Me dejas sin palabras ... saludos.