domingo, enero 04, 2009

Al parecer, tus noches sumadas a mis días harían de nuestros sueños la ecuación perfecta. Deberías quedarte un rato más y te enseñaría cómo nos mojan las gotas estando juntos, como suena el viento después de desgastarnos escuchando música nuestra, escuchandonos temblar, como es que somos dos en mi colchón. Nunca tuvo mejor luz mi habitación.

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