sábado, noviembre 22, 2008

Gar: Me tropiezo con mis piernas.

Tú, tus murmullos, tu ronroneo, el sonido de tus cuerdas desesperadas y el susurro de tus manos formándo parte de ese grupo de canciones que se pueden escuchar al borde del suicidio. Claro, siempre te estoy disparando metáforas. Tengo el revolver cargado de tímidas balas. Disparo y reaparece la monocromía. Hacía tanto tiempo ya que no te decía tanto...

Y me matas cada vez que me dices que me echas de menos, porque no tienes derecho a echarme de menos. Tú no.


- ¡Ya te he dicho que te quiero!
- Quiero que me lo digas cuando necesites decírmelo, no cuando yo necesite oírlo.

::Sin gravedad. Esa sensación que está por todas partes cuando te enamoras.::


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